miércoles, 24 de agosto de 2011

Alonso Cueto - Pálido Cielo

No hay duda alguna que Cueto es un gran escritor, su simplicidad siempre presente en su narración lo hacen unos de mis escritores peruanos preferidos.
Las descripciones que suele incluir en sus relatos me resultan fascinantes, gozando de la cantidad precisa de detalles sin jamás resultar hostigante ni mucho menos aburrido.
Hace poco leí un libro que encontré de oferta en la FIL titulado "Pálido Cielo", el cual recopila 15 cuentos que en ocasiones (me atrevo a decir esto sin ningún arrepentimiento), me recuerdan a Cortázar.
Aquí un par de extractos de solamente 2 de sus cuentos.


Lo que me contaron de Cecilia

"En uno de esos almuerzos me dijo que yo le gustaba por mi melancolía. Me acuerdo que le contesté que la melancolía es en realidad un lúcido letargo que nos protege de la banalidad de la vida. Ese letargo no es lo mismo que la pereza; supone una mente activa que comprende la ingenuidad de la acción y lo efímero de la felicidad. El melancólico ha adiquirido la sabiduría de procurarse una salud más larga y una vida más completa en los rincones que nos permite el mundo. Su falta de protagonismo lo exime de ser un blanco de los embates y amenazas. Nadie se acuerda de los melancólicos. Sobreviven gracias a su silencio. Por otro lado, la melancolía es una señal, no una carencia. Para mí, le dije a Cecilia, era un modo de estar y de ser."

[...]

"Aunque casi siempre de un modo involuntario, la muerte es un episodio fructífero. Alguien saca provecho de ella. Incluso la muerte más olvidada significa un bien para otra persona, en algún tiempo y lugar. En casos especiales la desaparición de una figura ilustre o adinerada o circunstancialmente privilegiada, puede trasladar una gran fortuna a otras personas. En otros casos libera cargas familiares, presencias engorrosas, motivos de envidia. La muerte es una inversión que hace el destino y, a pesar de su aureola trágica, con frecuencia se benefician de ella algunos de los que han quedado vivos.


La palabra final del señor Aquije

"Cuando salimos a almorzar, volví a hablarle de Aquije.
-Me han contado algo en la imprenta -contestó-. Dicen que es mucho mayor de lo que parece. Parece que vivía solo, cerca de Pachacamac.
-¿Pero de qué vivía?
-No sé. Trabajaba en una chacra, creo. Después se fue de viaje. Creo que fue mozo en un restaurante de Miami. Está aquí porque sabe mucho de estas máquinas. Pero no sé dónde aprendió.
-¿Es casado?
-No.
-¿No sabes quién era su familia?
-Ni idea.
-Parece un pesimista prefesional -comenté-. Es de los que entre un mal menor y un mal mayor, escoge los dos. Un pesimista integral.
-¡Ja! ¿Tú eres optimista?
-Yo... no sé. Claro.
-Bueno, el optimista es el tipo al que no le han dado todos los datos. ¿No sabías eso?
El corrector sonrió pero yo no lo imité. "

[...]

"Al salir de la imprenta sin embargo, otro asunto volvió a preocuparme. Escribir historias es como volar un avión y siempre he pensado que, al igual que para el piloto, para el escritor los momentos decisivos son el despegue y el aterrizaje. Es posible que los escritores empiecen sabiendo cómo despegar (una frase, una situación, un personaje inicial). A partir de entonces, pueden volar y desarrollar la historia un tiempo. El problema viene con la resolución de los eventos y su conclusión verosímil ("lógica y sorprendente", dice Forster), que logre un aterrizaje natural a una realidad nueva pero reconocible.



martes, 23 de agosto de 2011

Blanca Varela - Concierto Animal


Dame

dame tu tacho de basura
la quemaré te lo prometo
no la voy a crucificar
ni siquiera la voy a guardar en mi
            memoria
la aceptaré
sin azotes te la aceptaré
te lo prometo


Mi cabeza

mi cabeza como una gran canasta
lleva su pesca

deja pasar el agua mi cabeza

mi cabeza dentro de otra cabeza
y más adentro aun
la no mía cabeza

mi cabeza llena de agua
de rumores y ruinas
seca sus negras cavidades
bajo un sol semivivo

mi cabeza en el más crudo invierno
dentro de otra cabeza
retoña


Del abismo

del abismo que arroja al aire
esta última flor
trepo como la araña que soy
frágil y rencorosa
deseando tocar alguna luz
que endurezca mi corazón


Hoguera de silencios

hoguera de silencios
crepitar de lamentos
por el camino de la carne
sangre en vilo
se llega al mundo

así alumbra su blanco la tiniebla
así nace la interminable coda
así la mosca desova en el hilo de luz

la tierra gira
el ojo de dios no se detiene

qué haríamos pregunto
sin esta enorme oscuridad


Distantes

distantes y nunca tan próximos
caminamos sobre una tierra que zozobra
acostados en ella o simplemente de pie
sentimos el corcoveo del tiempo

no se trata de llamas temibles
ni de mares ingobernables
en esta tierra la mente y el cuerpo
tienen el mismo vaivén
en el aire carece de peso
ya que nada es diferente en la memoria
de lo que hemos visto o imaginado

soñamos como vivimos
esperando sin certeza ni ciencia
lo único que sospechamos definitivo
el acorde final en esta vaga música
que nos encierra

a veces la duda
explícita como una flor
con pétalos y señales nos induce
a girar en nuestros ejes
a tener sed
a beber entintando labios imaginados
en el odre más viejo y mortal

lugar oscuro sitio de luz
sería el cielo en el ojo que se mira
en la mano que se cierra
para asirse a sí misma
en lo inmensamente abierto
a la postre como quien cierra un ataúd
o una carta
un rayo de sol
como una espada asomará para cegarnos
y abrir de par en par la oscuridad
como una fruta asombrosamente herida
como una puerta que nada oculta
y solo guarda lo mismo


Morir cada día

morir cada día un poco más
recortarse las uñas
el pelo
los deseos
aprender a pensar en lo pequeño
y en lo inmenso
en las estrellas más lejanas
e inmóviles
en el cielo
manchado como un animal que huye
en el cielo
espantado por mí


Me sobrevivirán

me sobrevivirán aguja vaso piedra
hormigas afanosas
me sobrevivirán

donde yo deje de estar pasará la sombra del sol
y muchas palabras de boca a boca
tejerán sin mi aliento sinsentidos

veo el árbol lleno de granos rojos
que ocupará tu lugar
mi hora suspendida
en el eterno crepúsculo que exhalo

todo esto y algo más que no veremos
sobre el mar que nos veía

ola suspendida estrella mortecina
vino empozado en tu mano
gesto que el aire enfría y diluye
témpano luminoso del corazón
que ausente palpita
y nadie nadie sabe por qué
se ahueca el aire
con su latido

Recopilación de extractos

Gastón Fernandez
"Pero había otra pregunta: ¿no sientes el deseo de realizar lo que el aire, o el olor te dicen que hagas?

Rocío Silva Santisteban
"Si yo pudiera decir tan solo una palabra que fuera cierta diría: me perturbas"

Guillermo Niño de Guzmán
"Es mejor pensar que estás muerta. Los muertes no pueden escribir cartas y los muertos tampoco pueden contestarlas. De modo que este breve intercambio no ha sido nada más que una correspondencia entre fantasmas"

Bertold Brecht
"También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. También el odio contra la bajeza desfigura la cara (...) Nosotros que queríamos preparar el camino para la amabilidad, no pudimos ser amables."

Antón Chéjov - El hombre enfundado
"¿Qué no se hará en nuestras provincias por puro aburrimiento? !Cuántas cosas innecesarias y ridículas! Y ello porqye precisamente no se hace lo indispensable."

Óscar Ugarte - Poesías de idas y venidas

De las regresiones
III

No soy bueno para contar mi vida como un cuento
Pero puedo decirles
Que he nacido en un jardín y he crecido en un parque
Que quisiera morir en una pradera
Que he sido mariposa casera
Y he sido gris paloma citadina
Que quisiera no morir siendo ave de rapiña
Soy un hombre de dos fornidas alas
Que vive temblando ante los pajareros
Soy el alivio de una muerte y el dolor de un nacimiento
Soy no más de dos estilos pasa estar siempre alegre
Elevarse hasta el cielo desde la hierba
O caer sobre la hierba desde el cielo
No soy agua
No soy fuego ni viento
No soy palabra
No soy el tiempo
Serán eso los que sales en la tele
Los de las propagandas
Los que saben contar su vida como un cuento.


VII

Hoy es el mismo grillo
El mismo rumor de los árboles
Las mismas gotas de lluvia
Hoy debo escribir un nuevo poema
Sé que tu ilusión es más grande
Que la de un niño por su regalo de navidad
En la clase los chicos de la universidad
Con las piernas cruzadas como adultos
Habrán de esperar mi obra para empezar a divagar
El mundo
Echado bajo su propia sombra
Aguarda sin perturbar
El grillo
El rumor de los árboles
Las gotas de lluvia
Los nombres del calor de tu cuerpo
Los títulos del hambre de la humanidad
Las jergas académicas de los chiquillos
Veo en el humo de un cigarrillo
El pincel de un abstracto en la oscuridad
Yo no escribo para matar el tiempo
Escribo porque siempre me lo piden
Para que no me lo pidan más.



Las más reclamadas tonadas

VI
"Réquiem de la poesía en 'y para qué' menor"

Y para qué los poetas
Para qué
Si ya sacaron las botellas de cerveza con abre fácil
Y pronto serán las de vino
Y para qué los poetas
Para qué
Si ya no habrá que destapar con las muelas la cerveza
Ni hundir los colmillos en los corchos del vino
Y para qué los poetas
Si pronto
Habrán de sobrar las palabras para explicar lo inexplicable
En los ordenadores
Y para qué
O mejor preguntarse
Para qué intentar de ordenar tanto el mundo
Para qué
Para qué las botellas de trago con abre fácil
Para qué matar a los poetas
O mejor preguntarse
Y para qué
Y para qué los poetas.


Seis canciones de sol y alegría para mis vacaciones

II
para Amandita

Mi amada es una tortuga
Y vive muy lejos de aquí
Cuándo tendré su hermosura
Si recién se dispone a partir

Mi amada es una tortuga
Y hoy no me dejan salir
Dicen que estoy con calentura
Si no llega pronto me voy a morir

Mi amada es una tortuga
Para ella el camino no tiene fin
A ella no le cuesta el andar a oscuras
Sus ojos tienen lumbre de rubí

Mi amada es una tortuga
Y pronto a salvarme habrá de venir
Mejor ya vayan llamando al cura
Si ella recién se dispone a partir.