domingo, 29 de agosto de 2010

Mon Panache


Le confesaste a mi subconsciente detalladamente
Aquellos versos y poemas de ternura concebidos en su nombre,
Por una semana cautivaste cada rincón de mis sesos,
Y me dejaste toda una vida en desacuerdo.

Llenaste intencionalmente
Párrafos de declaraciones a oscuras bajo balcones,
Anécdotas de uniones selladas por sacrificios,
De guerras pobladas de hambruna y cartas,
Y de mentiras inventadas difíciles de ignorar.

Le susurraste a mis órganos vitales
Una nueva forma de amar,
Pusiste bajo la luna tus teorías científicas y sentimientos;
Abandonaste tu disputa por ella en la vaina de tu espada,
Te diste por vencido sin haberte arriesgado
Seduciéndola desinteresadamente bajo la máscara de la perfección.

Le interpretaste a mis ojos e imaginación más de 100 páginas de lamentos,
Resumiendo fácilmente en comparaciones tus experiencias:
El consiguió su pasión y tú apenas un roce de sus labios,
El ganó 15 años de duelo y tú una confesión forzada.
Y definitivamente me pregunto…
Acaso tantas vocales y consonantes no fueron aptas?
Si hubieras aludido a tu saber y renunciando a tu ingenio
Al final ella no lo hubiera venerado a él,
Hubieras sido más que aquel familiar
Y Cyrano seria sinónimo de éxito y no cojudez.

1 comentario:

  1. Ni Cyrano , ni cojudo , ni siquiera exitoso...
    A ese que se exige que susurre promesas con la planta de zapato en la cara, de ese solo se puede esperar una queja...

    Ese es un holograma, el perfume de un quisiera, de un nunca más, de un ojala...

    Quizás sigas esperando, quizas no existan cayos cerebrales en la punta del recuerdo... Por presa de miedo o de orgullo ese no existe.

    Por verguenza o por amor murío...
    aunque no es lo mismo... pero es igual.

    ResponderEliminar